domingo, 15 de noviembre de 2009

Plantaciones de otoño: guisantes

Aunque pueda parecer que no hago nada productivo en mi huerto eso no es cierto, está mejor que nunca y aquí dejo el testimonio de todo lo que produce.

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jueves, 30 de abril de 2009

El alcornoque

Este arbolito tiene una larga historia. Llegó a casa hecho una ramita pequeña, tan pequeña que todavía se le veía la bellota de la que había salido, en una maceta de plástico con arena y un fondo de tierra. La planté en maceta de barro, como a su hermana, que venía en peores condiciones y lo dejé justo en el sitio en donde está y no lo he movido de ahí. Éste tiró y salió adelante, pero su hermana murió el primer año. Ha pasado este invierno muy mal, lo veía languidecer desde dentro de casa, sin fuerzas él y sin fuerzas yo. Necesitaba un cambio de maceta y que le renovara la tierra y no pude dárselo hasta esta primavera, no tengo foto del antes, pero ahí arriba está ese brillante después.



Mucha gente me ha avisado que no le tome cariño a un alcornoque que es un árbol grande ,
de raíces profundas que necesita mucho campo abierto, matorral, espesura y horizonte, olor a monte y a tierra húmeda. "Se da mal en macetas" terminan diciéndome los agoreros. 
Pero yo recuerdo que mi madre criaba con tanto amor bichos y plantas imposibles,

Este alcornoque tiene once años en mi terraza y, como decía mi abuela,
 está así de "gilocho".  La peor desgracia me vaticinaban para su primo el quejigo, que todavía es de mayor estatura (ver las imágenes) que el alcornoque, y ahí lo tienen, esta primavera, después que el año pasado le quitara dos tercios de raíces. 
Parece más viril, si eso es posible en un árbol o si no es políticamente incorrecto, más frondoso, y se le ve el tronco más fuerte, recio y grueso. Como le pase algo sé que me va a dar un chungo.




viernes, 27 de marzo de 2009

Primavera 2009

Aunque no estoy muy boyante de salud, había que darle un repaso a la terraza y eso hice el último fin de semana:
  • Quitar malas hierbas
  • Remover y renovar la tierra
  • Trasplantar el alcornoque que parecía enfermo y triste de tantos años en el mismo tiesto
  • Podar y abonar los rosales
  • Plantas las petunias
  • Quitar las malas hierbas que nacen entre las losetas del suelo
  • Acabar con los pulgones y otras enfermedades

Lo cierto es que todo ese trabajo casi acaba conmigo, pero el resultado mereció la pena. Falta todavía otro empujón para acabar de rematar, pero lo haré más adelante.